Málaga // 9 noviembre 2009 // EFE
"Las expresiones de ánimo cambian el patrón de funcionamiento del cerebro, de tal forma que se acelera el proceso por el que identificamos la forma de un objeto, algo que, en una situación normal, tardaría más en favor de identificar antes el lugar que ocupa"
"Siembra una palabra y recogerás un pensamiento", ha dicho Enhamed, que ha insistido en que con el lenguaje "podemos cambiar nuestra vida, porque nuestra potencialidad es mucho mayor de lo que pensamos"
"Siembra una palabra y recogerás un pensamiento", ha dicho Enhamed, que ha insistido en que con el lenguaje "podemos cambiar nuestra vida, porque nuestra potencialidad es mucho mayor de lo que pensamos"
El lenguaje y las expresiones de ánimo y desánimo modifican el funcionamiento del cerebro, conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Jardín de Junio, empresa especializada en la investigación neurológica.
"Las expresiones de ánimo cambian el patrón de funcionamiento del cerebro, de tal forma que se acelera el proceso por el que identificamos la forma de un objeto, algo que, en una situación normal, tardaría más en favor de identificar antes el lugar que ocupa", ha explicado en una conferencia en Málaga la profesora de Psicobiología de la UCM, Pilar Casado.
Partiendo de la base de que el lenguaje ha sido creado para influir sobre los demás, este grupo de investigación ha aprovechado las avanzadas técnicas de neuroimagen para ver qué consecuencias reales tienen las palabras en la mente humana y en el consecuente comportamiento de la persona.
Para ello, han realizado un experimento en el que les decían a un sujeto una serie de expresiones positivas o negativas, según el caso, y posteriormente se le solicitaba que identificase el lugar que ocupaba un objeto, así como su forma y color.
Este tipo de investigaciones, centradas en analizar, en palabras de Casado, "el poder del lenguaje", constatan que "la mente humana es una construcción en nuestro cerebro que sólo considera una parte de la realidad y que es muy influenciable a estímulos externos".
Esta potencialidad del uso del lenguaje y su vinculación directa con el cerebro es lo que ha llevado al presidente de El Jardín de Junio, Luis Castellanos, a interesarse por la neurociencia.
"El lenguaje es la arquitectura de la salud; tenemos que estar bien y usar un lenguaje positivo con nosotros mismos y con los demás, porque eso influye directamente en nuestra salud", ha explicado Castellanos, que ha argumentado sus palabras haciendo referencia al estudio conocido como "678 monjas y un científico".
En esta investigación, el profesor de neurología David Snowdon cuantificó la cantidad de sentimientos positivos que expresaban las monjas de un monasterio en una pequeña biografía que tenían que escribir antes de tomar los hábitos, y lo relacionó con los años que llegaron a vivir, de tal forma que aquellas que eran más positivas resultaron ser más longevas que sus compañeras.
Los resultados a los que han llegado los investigadores de la UCM de El Jardín de Junio tienen, a juicio de Casado, una especial relevancia en ámbitos como el deporte, donde identificar más rápidamente la forma de un objeto puede ser vital para conseguir un mejor resultado, o siendo una actividad en la que el estado de ánimo es importante para la concentración y la constancia del deportista.
De hecho, durante la conferencia, el cuatro veces medallista de oro en natación en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, Enhamed Enhamed, ha explicado cómo el propio lenguaje y expresiones que utilizaba consigo mismo y las sensaciones que le transmitían sus entrenadores y compañeros influían directamente en los resultados deportivos.
"Siembra una palabra y recogerás un pensamiento", ha dicho Enhamed, que ha insistido en que con el lenguaje "podemos cambiar nuestra vida, porque nuestra potencialidad es mucho mayor de lo que pensamos".
Estas jornadas de divulgación neurocientífica han tenido lugar en el Rectorado de la Universidad de Málaga (UMA), y en ellas también han participado el presidente de ACB San Sebastián, Miguel Santos y el lingüista computacional de la UMA Antonio Moreno. EFE
"Las expresiones de ánimo cambian el patrón de funcionamiento del cerebro, de tal forma que se acelera el proceso por el que identificamos la forma de un objeto, algo que, en una situación normal, tardaría más en favor de identificar antes el lugar que ocupa", ha explicado en una conferencia en Málaga la profesora de Psicobiología de la UCM, Pilar Casado.
Partiendo de la base de que el lenguaje ha sido creado para influir sobre los demás, este grupo de investigación ha aprovechado las avanzadas técnicas de neuroimagen para ver qué consecuencias reales tienen las palabras en la mente humana y en el consecuente comportamiento de la persona.
Para ello, han realizado un experimento en el que les decían a un sujeto una serie de expresiones positivas o negativas, según el caso, y posteriormente se le solicitaba que identificase el lugar que ocupaba un objeto, así como su forma y color.
Este tipo de investigaciones, centradas en analizar, en palabras de Casado, "el poder del lenguaje", constatan que "la mente humana es una construcción en nuestro cerebro que sólo considera una parte de la realidad y que es muy influenciable a estímulos externos".
Esta potencialidad del uso del lenguaje y su vinculación directa con el cerebro es lo que ha llevado al presidente de El Jardín de Junio, Luis Castellanos, a interesarse por la neurociencia.
"El lenguaje es la arquitectura de la salud; tenemos que estar bien y usar un lenguaje positivo con nosotros mismos y con los demás, porque eso influye directamente en nuestra salud", ha explicado Castellanos, que ha argumentado sus palabras haciendo referencia al estudio conocido como "678 monjas y un científico".
En esta investigación, el profesor de neurología David Snowdon cuantificó la cantidad de sentimientos positivos que expresaban las monjas de un monasterio en una pequeña biografía que tenían que escribir antes de tomar los hábitos, y lo relacionó con los años que llegaron a vivir, de tal forma que aquellas que eran más positivas resultaron ser más longevas que sus compañeras.
Los resultados a los que han llegado los investigadores de la UCM de El Jardín de Junio tienen, a juicio de Casado, una especial relevancia en ámbitos como el deporte, donde identificar más rápidamente la forma de un objeto puede ser vital para conseguir un mejor resultado, o siendo una actividad en la que el estado de ánimo es importante para la concentración y la constancia del deportista.
De hecho, durante la conferencia, el cuatro veces medallista de oro en natación en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, Enhamed Enhamed, ha explicado cómo el propio lenguaje y expresiones que utilizaba consigo mismo y las sensaciones que le transmitían sus entrenadores y compañeros influían directamente en los resultados deportivos.
"Siembra una palabra y recogerás un pensamiento", ha dicho Enhamed, que ha insistido en que con el lenguaje "podemos cambiar nuestra vida, porque nuestra potencialidad es mucho mayor de lo que pensamos".
Estas jornadas de divulgación neurocientífica han tenido lugar en el Rectorado de la Universidad de Málaga (UMA), y en ellas también han participado el presidente de ACB San Sebastián, Miguel Santos y el lingüista computacional de la UMA Antonio Moreno. EFE
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